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Un hombre en busca de sentido y pequeñas similitudes en la esfera social

Leyendo la primera parte del libro, “Un hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl, un psicólogo en un campo de concentración, donde llevo apenas tres párrafos leyendo, cuando me detengo en una de sus frases, “Los Kapos nunca pasaban hambre; de hecho, para muchos de ellos su estancia en el campo fue la mejor etapa de su vida, antes y después del cautiverio”. Recordemos que los Kapos eran elegidos exhaustivamente entre los reclusos en función de unas determinadas características psicológicas. Incluso llegaban a ser más crueles que los propios miembros de las SS.

 

De pronto se me viene a la mente la variedad de situaciones en nuestra vida contemporánea, qué a pequeña escalada, podrían tener cierta similitud con algunas características contextuales de aquel cautiverio nazi en los campos de concentración.
Y me refiero a determinadas situaciones o entornos sociales hostiles, donde uno o varios hostigadores a modo de Kapos, sirviéndose de su posición social producto, digamos que del amiguismo, enchufismo, nepotismo, privilegios o predilecciones, socaban y degradan el entorno psicológico de ciertas personas diana. Estas personas diana suelen destacar por sus cualidades o ser posibles adversarios o competidores, dándose en variados entornos sociales, laborales (mobbing), deportivos, federativos, educativos (bullying), familiares, etc.

 

Y es que, para la mayoría de estos hostigadores, fuera de ese ámbito contextual de transitoria supremacía autoimpuesta o adjudicada de formas poco objetivas, les cuesta interaccionar adecuadamente, debido a la alta capacidad de inteligencia emocional que se requiere.

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